jueves, 21 de mayo de 2009

Manojo de ideas


Después de una corta espera vi ingresar a Lucía por la doble puerta de acceso del hotel. Se acercó sonriente a mi encuentro, y me abrazó.

-Miranda, qué lindo verte- dijo

- No sabés lo que significa para mi ver una cara amiga- dije intentando lo más parecido a una sonrisa.

-Contame qué es lo que pasa, te escucho.

Nos sentamos en los sillones de la recepción, junto a la vidriera que daba hacia a la noche de Nueva York.
Relaté los hechos desde el comienzo, desde Laura, desde el loquero y mis averiguaciones junto a Clara. Ubiqué a Octavio en la historia, continué con Miami, con Nueva York, el regreso a Miami, la sorpresa de Manuel en nuestra habitación, la despedida de Octavio y el final, con la venta de mi alianza y la poca plata que tenía en la billetera.

Se quedó callada por un breve instante.

Yo conocía a Lucía desde hacía muchísimo tiempo. Habíamos compartido cumpleaños, vacaciones, clases de teatro y anécdotas de todo tipo.Era una persona práctica, liberal, de mente abierta, que le había valido la etiqueta de hippie por gente conservadora como Manuel, pero que simplemente basaba su vida en la búsqueda de su propio bienestar, lo que no se limitaba exclusivamente a lo económico.

- Bueno, vayamos por parte. Con la plata que te queda, ¿para qué te alcanza?-preguntó

- Para comer, uno o dos días a lo sumo – respondí

- ¿Tenés pago el hotel?

- Sólo esta noche.

- ¿Querés volver a Buenos Aires o quedarte en Usa?

- No puedo volver.No quiero enfrentar a Manuel, ni ver a Octavio todavía.No así.

- Perfecto.

- ¿Perfecto?- pregunté. No veía nada que se acercara a la perfección en el asunto.

- Bueno, mi casa no es una mansión, pero hay lugar, así que podés quedarte con nosotros un tiempo. Ese tema estaría solucionado.

- Gracias – dije, y esbocé la primera sonrisa sincera de la noche.

- Comida no te va a faltar. Eso sí, si sabés cocinar me harías un gran favor porque nunca fue mi fuerte – se rió.

- Ningún problema, yo cocino – dije contenta

- Y listo – agregó – Se acabaron tus problemas en New York.

- No, faltan – dije – Me queda cambiar el pasaje a Miami para no perderlo. ¿Me podrás llevar al aeropuerto?

- ¡Seguro! Lo tomamos como un paseo – dijo muy relajada.

- Y hay algo más – dije recordando mi lista – quería preguntarte si Gerardo no tiene algún contacto en los teatros, como para conseguir algo, aunque sea chico….Sabés que lo único que sé hacer es actuar, no me imagino haciendo otra cosa.

- No te preocupes, que por el trabajo de él, conoce a medio Broadway. Mañana le preguntamos. Algo te vamos a conseguir – respondió.


Lucía me acompañó al aeropuerto a cambiar el pasaje y después me dejó nuevamente en el hotel, para que aprovechara mi última noche paga. A la mañana siguiente, me estaría mudando con ellos.

Antes de dormirme, en mi habitación, tomé del bolsillo de mi pantalón la lista que había improvisado horas antes. Pude tachar aquello que se refería al alojamiento y al pasaje. Detrás de la frase que incluía conseguir un contacto en el ambiente teatral ubiqué un signo de pregunta.

Todavía mi esperanza seguía intacta.

13 comentarios:

Saudades dijo...

Me encanta que escribas todos los días, porque lo espero con ansiedad.
Cariños

Miranda dijo...

labiblio: Gracias por dejarme comentario, generalmente cuando los leo a ustedes me estimulan a seguir contando.Es un círculo vicioso.Besos!!!!

Liana dijo...

jajajaja
Me encantó la vuelta que dió la historia!
Claro que tenés que seguir contando!! No nos podes dejar sin saber como se desenreda todo!

Besos!!

Miranda dijo...

Nana banana: y seguiría contando porque estos dias estoy en casa tranquila sin mucho para hacer, pero después los mal acostumbro y cuando me ausento me reclaman!

Besos

licha dijo...

bien ahi!! hasta que t pusiste las pilas!! que no se pierda eh???
jejeje

Meli dijo...

siempre que llovió paro...parece que viene un buen comienzo de la historia..sigo con ansias de ver lo que siguee..besosos miranda!

Carolina Trinidad dijo...

Ahhhhhhhh!!! Me gustó, me gustó!!! La historia vuelve a recobrar su color de siempre, y el personaje también.
Me encantó la forma en que relataste todo y tu siceridad con eso de "es lo único que se hacer".

Me encantó, y como leí por ahí... qué no se pierda!!!

Miranda dijo...

licha: cuando la necesidad aprieta aparecen las ideas.Besos.



Meli: Es un pena que no pueda decirte como sigue...besos!!

Miranda dijo...

La impuntual: Para bien o para mal sabés que soy sincera.Besitos.

Freedom dijo...

La esperenza es lo último que se pierde y por lo que veo todo parece que fuera a salir bien!! Animo!! Bien por los afectos incondicionales que te rodean

El Tano dijo...

Todo vuelve a los cursos normales, me alegro!
Esta puntualidad de posteo emociona (no como mi impuntualidad!).
Ahora la pregunta: el Tano (o sea yo) tiene chances con Miranda? (acordate, sólo hasta Mar Chiquita) jajaja!
Besos!

Miranda dijo...

Freedom: Si no fuera por esos afectos no sé dónde hubiera quedado.Besos!


El Tano: Me hacés reír? A vos realmente te darían ganas de meterte en semejante despelote de vida que tengo? jajja.Estás loco.
Besos.

el_iluso_careta dijo...

aun que no comento hace rato...sigo pasao a paso tu historia...