viernes, 5 de junio de 2009

Inocencia



- Qué bonito nombre -dijo - pero no contestaste a mi pregunta.

- Ah, si, si, quedé seleccionada, aunque tengo que tomar clases de canto urgente porque soy pésima. Se ve que me eligieron por esa vocación suicida que tengo o porque les di pena - reí y él rió más fuerte.

- Eres graciosa- agregó- Te mereces que te invite a tomar algo para festejar.

- ¿Por lo graciosa que soy? Eso me parece una excusa barata - dije

- No, claro, por que ambos quedamos seleccionados.

- Claro, eso dejaría de ser excusa para convertirse en un motivo concreto,¿no?

- Así es, y si no fuera ese, buscaría otro- volvió a sonreír mientras lo decía.

- Bueno, parece que no tengo alternativa, además de que tampoco tengo demasiadas ocupaciones en mi agenda - dije, mientras comenzaba a moverme en dirección a la esquina.

-Genial, conozco un lugar acá cerca que va a gustarte.


Fuimos a Bar on A, un lugar bastante tranquilo, con buena música. Yo pedí cerveza y Rafael un gin & tonic.
Lo primero que le pregunté fue de dónde era, porque si bien hablaba en español su acento no era argentino. Resultó ser de Venezuela, pero radicado desde hacía un largo tiempo en los Estados Unidos. Un nómade típico, buscador de emociones o desilusionado tratando recobrar la esperanza perdida, como tantos otros.
Vivía solo, en un pequeñísimo departamento.
Sus padres seguían en Venezuela, al igual que su única hermana menor.
No había querido regresar, y tampoco quiso entrar en detalles cuando le pregunté por qué se había ido.
Había recorrido muchas ciudades, hasta llegar a Nueva York, hacía catorce meses, y se había ganado la vida siempre como actor.Eso incluía haber pasado hambre y haber dormido en una plaza abrazando su bolso pensando en que el ruido de su estómago lo dejara conciliar el sueño.

Así resumía su vida, mientras pedíamos tragos de repuesto.

Algo decían sus ojos, y no era precisamente lo que transmitía su inocente sonrisa.
Había algo más, que él callaba y que yo no alcanzaba a descifrar.

Pero no podía imaginar qué sería.

6 comentarios:

Meli dijo...

priiiiiiiiiiiii!!!
bueno buenoo....mira vos a rafaell!!!quiero saber tooooodoooo yaaa!!aaaaaaa me muero de la intrigaa de eso que tanto ocultan sus ojos ..que como dicen xahi:son la ventana del alma..
besos mirrrr

Miranda dijo...

Meli:Me ganaste de mano a mi inclusive jaja...
Tengo un día fatal, asi que te digo que lo que ocultan sus ojos no lo supe rápido, tal vez porque no soy oculista (dije que tenia un dia fatal)

Besos!

luly dijo...

que miedito!!

Selma dijo...

Que interesante!!!! viste que suele suceder esas cosas cuando menos lo imaginas, aparece alguien distinto, fresco, con otro aire y te cuesta confiar y a veces te lo perdes por miedo y si no confias y cuando menos te imaginas ¡¡¡¡zas!!!! te caga...
Besotes eternos. Te sigo...

El Tano dijo...

el chiste del oculista el peorcito en mucho tiempo...
Ojo con los que ocultan cosas, ya tenés experiencia con esos!
En cambio, los tipos como yo, somos adorables! cuack!
Besotes... (en un hombre, me acabo de dar cuenta que queda sumamente gay)

El Tano dijo...

Si, demasiado afeminado, mejor te mando un beso!