viernes, 31 de julio de 2009

Recreo


No le respondí. Preferí que el silencio dijera todo por mí.

Claro que eso no significaba que me alegrara su mail, ni que me resignara a ese tiempo entrecomillado al que me sometía sin quererlo. Lo único que podía pensar era en su decisión. ¿Qué podía hacer ante un pedido de su parte ? ¿Había forma de modificar lo que él sentía o de eliminar los fantasmas que lo perseguían aún estando a la luz del sol?

Sentí un poco de impotencia que se agravó al acomodar las flores y recortar las hojas menos verdes. Un pensamiento insólito se clavó en mi desconfianza y, sin quererlo, la idea de que Octavio disimulaba una verdad fue creciendo con el paso de las horas.


Miranda
- Clara, creo que Octavio sigue con la rubia.

Clara
(entrando en la cocina con el resto de las flores)
- ¿Qué dice el mail? No me dijiste.

Miranda
- Me pide un tiempo. Dice que está torturado con la idea de que todos los hombres de Nueva York quieran conquistarme por un par de fotos mías que salieron en los medios.

Clara
- ¡Qué exagerado! Y bueno, es hombre, ¿qué pretendés?

Miranda
- Octavio no es así. Se bancó una relación clandestina mientras yo estaba con Manuel, ¿entendés? Pensá que debería tener más certezas que dudas sabiendo que yo dejé mi matrimonio por amor a él.

Clara
- Te entiendo, ¿y entonces ?

Miranda
- Se me metió en la cabeza que sigue con ella. Creo que por eso manejó todo por teléfono, para no verte.

Clara
- Pucha, puede ser. El Tano debería saber, ¿no? Será su mejor amigo pero también es mi pareja. Y hay ciertas cosas que una novia puede lograr que un amigo no. Dejámelo a mí.



Necesitaba un recreo después de tanto ajetreo emocional. Clara estaría a mi lado sólo por tres días y pretendía aprovecharla. El éxito me invitaba a dormir abrazados y Rafael ya no me acosaba. Tenía que permitirme disfrutar y, para eso, no debía permitir que se filtraran motivos que arruinaran mi momento.

Si era tiempo lo que él necesitaba, iba a dárselo.

Apelé a lo más racional de mí y me prometí no pensar en él.
Sólo me atreví a recordar su nombre en dos oportunidades.
La primera, cuando lo bloqueé de mi casilla de correo.
La segunda, cuando tiré las flores que me había regalado.



11 comentarios:

Ashiku dijo...

Y sí, dadas las circunstancias era lo más lógico. Pero mirá cómo estabas por aceptarle aquellos días en Miami a... ¿Manuel se llamaba? jaja
Tus viejos no te preguntaban por Manuel o no te contaban algo de él?

Virginia Prieto dijo...

tiempo!!!
noooo
por qué habrías de dárselo?
Te va a terminar lastimando

Anónimo dijo...

Qué triste!!!!
Me voy con esa sensación de dolorcito...(soy fan de Octavio) ja
Besoss Buen finde!!
Virginia

Carolina Trinidad dijo...

Habrá que ver porque la mayoría de las veces las mujeres nos hacemos toda la película (con trailer y avances incluídos) y no siempre es como lo imaginamos...
Espero ansiosa el próximo post, besos.

Selma dijo...

A veces sucede que estas tan metida en el problema, que no logras ver lo que sucede y es posible que para aliviar el dolor el este con la oxigenada. Besotes y espera que el tiempo pase un poco, al menos...

Xochitl dijo...

Si la montaña no va a ti, tu ve a la montaña..
Porque no lo sorprendes con tu visita ??
Digo, es lo que se me ocurre ahora.

La pobre estúpida dijo...

Hay Miranda...que te digo? tiempo no! ve tras él...aunque me imagino que no fue así. Te sigo!

Palas dijo...

= S ay no! las mujeres si que le damos vueltas a los asuntos a veces...

la excusa si fue fuera de serie... puede que tuvieras la fila de hombres deNY pero solo lo ibas a dejar pasar a él...

besos!

Anónimo dijo...

Espero que a las de Rafa las hayas puesto a secar dentro de un libro... jijijijiji.

Besitos,
Sol.

Ashiku dijo...

¿No terminó el recreo todavía?

Alfa dijo...

No!!!! Pq lo bloqueaste???? No seas tan dura mujer!
Besos!