viernes, 24 de julio de 2009

Ensayo final



Los sucesivos días de ensayo fueron más de lo mismo.
Un ritual metódico que incluía camarines, arreglos de vestuario, conversar un poco con el resto de los actores y, al finalizar, tomar cerveza en algún bar.

La publicación de mi foto en ciertos periódicos significó, para algunos del elenco, considerarme una molesta rival en el camino a la posible fama. Me costó varias sonrisas post ensayos que intentaran verme como una más del elenco.
A esa altura ya me había acostumbrado a la idea de que tal vez esas miradas celosas regresaran el día del estreno.
Por suerte, Lucía y Gerardo festejaban a la par mía cada pequeña nota que incluía mi nombre o mi foto en los diarios y hasta un par de comentarios que se oyeron en la radio.

Era raro estar ahí disfrutando de un inmerecido reconocimiento, sobre todo, porque los elogios hacían más referencia a mis virtudes físicas que a mis aptitudes interpretativas.
Esto último no le cayó de buena manera a Octavio, que una vez que se enterara por medio de Clara, me envió un mail diciendo: Espero que sepas cuidarte. Imagino una hilera de hombres intentando conocer en vivo a esa Miranda de la que hablan los medios.

Supongo que a través de la boca de Clara, y la exageración que la caracteriza, lo mínimo que se habrá imaginado era mi foto en primera plana del New York Times y un séquito de maduros esperándome en la puerta del teatro con los labios entreabiertos dejando a la vista sus colmillos.

No le contesté. Si no había tenido el gusto de conocer mi forma de comportarme en determinadas situaciones, no se las iba a explicar vía mail.

El ensayo final fue un rotundo éxito. Laurie y el resto de la producción aplaudieron entusiasmados cuando sonó la nota final. Habíamos logrado un musical digno y, en lo personal, me asombraba por lo pasable que resultaba mi voz en los pasajes cantados.


En el teatro sólo se oían risas y festejos, y se veían rostros orgullos delante de los flashes.

Todo estaba listo para el estreno.
Para que se levantara el telón y que el tiempo de la felicidad empezara a correr.




11 comentarios:

Ashiku dijo...

Uy! ¿qué pasó? Suena como que algo impidió tu debut... o es que ya estoy muy perseguida, jaja

Anónimo dijo...

Ashiku somos dos perseguidas entonces, porque tmb me da la sensación de que viene la piña ahora!!!
Beso Miranda!!
Virginia

Miranda dijo...

Ashiku y Virginia:

Son tremendas eh! O las tengo mal acostumbradas??

Mañana les cuento como sigue, promesa!

Besotes a las 2

Selma dijo...

HOLA MIRU: COMO VA? TE CUENTO QUE YO TMBN ME LA VEO VENIR, LO CONTAS CON DISTANCIA O SERA LA PERSECUTA QUE TENGO QUE DAS UN PASO Y OTROS 4 PA´TRAS. NO POR CULPA TUYA OBVIO SOS UNA DIVINA Y SIEMPRE LA VIDA ES ASI UNA DE CAL Y OTRA DE ARENA. TE LEO EL LUNES PORQUE SEGURO EN ESTOS DIAS NO PUEDO. CHAUCHA Y PALITOS.

Virginia Prieto dijo...

sigue mañana???
no podés dejarnos con esta intriga...
beso miranda!

Anónimo dijo...

Tal vez alguien te quiere serruchar el piso... leere mañana la continuación, exitos!

Anónimo dijo...

Decime que Rafa te puso la traba cuando estabas por entrar en escena y... ¡me caso!

Sí. Fijación, lo que quieras.

Rafa loviú. Es un loquito hermoso e incomprendido.

En un mundo paralelo yo ya lo hubiera curado y estaríamos casados.

JOJOJOJOJO

Besos,
Sol.

José Luis López Recio dijo...

llevas la historia muy bien; eres una maestra en dejar a tus lectores con ganas de más.
Un abrazo guapa.

Anavril dijo...

yo por las dudas me agacho para no recibir el golpe!!!!!!!

Ashiku dijo...

Bueno, hoy ya es mañana, estoy con las ensaladas bajo el brazo yendo a la casa de unos amigos, y por acá, nada!! jajaja

La pobre estúpida dijo...

Wow! Miru ya quiero saber que pasó? besotes!