jueves, 10 de septiembre de 2009

Una sombra en el espejo



El trabajo nuevo era mejor que lo que había soñado.
Mi miedo a que compartir el ámbito profesional y el laboral fuera desgastando la relación se fue evaporando con el paso de los días, cuando descubrí que las horas en que debía posar frente a su lente nos regalaban una intimidad diferente, un motivo más para involucrarnos el uno con el otro.

Mi primera foto publicitaria fue para una marca de ropa de deportiva. Fue extraño verme en casi todas las revistas y hasta en algunos afiches de la vía pública. Cada vez que pasábamos delante de alguno, Javier me abrazaba y me decía:

- Tengo que acostumbrarme a tener una novia que va a estar en todas las paredes de New York. Eso sí, nadie sabe todavía que sos mucho más linda sin maquillaje, cuando te despertás al lado mío.

Y me transportaba por un instante a un lugar de felicidad que me costaba reconocer como propio, pero que sin embargo sabía que me pertenecía.

Claro que ese paisaje de bienestar y de amor sano y correspondido estaba lleno de fantasmas.
Manuel merodeaba. Era notoria su presencia en todas partes aunque yo prefería disimular mi sospecha ante Javier para evitar que sucediera lo mismo que en el primer encuentro y que volviera a quedar con su cara desfigurada.

Una noche, a la salida de la agencia, confirmé mi sospecha. Lo vi a Manuel hablando con un hombre en la vereda de enfrente. De reojo me miraba. Nos miraba.
Yo hice tiempo comprando un café para llevar por la ventanita del local de al lado para poder seguir sus movimientos a través del reflejo en la vidriera.
Ambos seguían ahí, esperando y hablando casi nada.

Todo el camino a la casa de Javier continuaron siguiéndonos a unos veinte metros, hasta que Manuel desapareció y sólo quedó ese hombre, caminando detrás nuestro.
Javier no tenía la menor idea de lo que ocurría a sus espaldas y hablaba de cosas que al día de hoy no recuerdo. Yo estaba pendiente de ese ser anónimo que nos vigilaba con quien sabe qué intención.

Conviví seis días con el fantasma de Manuel. Cada noche, antes de acostarme, me parecía ver su sombra en el espejo del baño, como en las películas de suspenso, en las que el asesino se esconde en la bañadera hasta que su víctima descorre la cortina y le clava el puñal en el pecho.

Dormí poco, siempre expectante y alerta.
Hasta que a los siete días algo ocurrió y la sombra de Manuel se convirtió en una amenaza concreta.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

esto sigue siendo verídico¿?

...(des)encontrada... dijo...

Cada vez mas misteriosa!!!

Que paso??

Besos

D

Ashiku dijo...

Ah no, él está más loco que Laura y vos no podés estar con él, no podés. Estás en el mismo juego.

-vestida de olvido dijo...

candyman
candyman
candyman

¿qué fue lo que pasó?

Anónimo dijo...

No importa, Rafa te va a defender. ¿Qué fue de su vida?

Carolina Trinidad dijo...

Me asusta la idea de un asesino a sueldo porque para ser DETECTIVE, evidentemente es pésimo!!!
Bss

Ashiku dijo...

Hablando de Rafa Laviú de Sol, o yo me perdí algo o no terminamos de saber sus problemas y su relación con Laurie. ¿O sí? ¿O no?

Selma dijo...

Que ganas de romper la paciencia de los demas... Espero que no llegue a mas. Besotes y nos leemos.

Virginia Prieto dijo...

qué pasó???

cuanta intriga!

beso

yo, mamuchi dijo...

Yo no se como te aguantaste y no le dijiste nada a Javier!!!!!
Aveces hacernos las fuertes agota.
Espero que no pase nada
Besos