martes, 15 de septiembre de 2009

Casamiento con yapa.



- ¡Clara, qué lindo escucharte! - fue lo primero que dije.

- Amiga, se te escucha bien, ¿ o me equivoco? - preguntó.

- No, bueno, estoy bien, aunque siempre hay algo que opaca la felicidad.

Le resumí el episodio con Manuel y escuché los insultos de Clara recordando nuestra época de espías ambulantes. Después de alentarme, continuó con su relato.

- Te llamo para contarte algo - dijo.

- Soy toda oídos - le contesté a la espera de sus palabras.

- Me caso - dijo emocionada.

- ¿¿¿Qué??? - fue lo que atiné a decir - ¿ Con el Tano?

- Y si, Miru - rió - ¿con quién si no?

- Ay, perdoname, es que me dejaste tarada con el notición. ¡Me muero de alegría! ¿Vos estás feliz?

- Muy feliz, casi me caigo cuando me lo propuso. Lo hubieras visto, te morías de ternura. Quiso hacerlo como en las películas y le salió mal - volvió a reír - el anillo salió rodando en pleno restaurante y tuvo que pedirle al camarero que lo ayude rescatarlo de atrás del mostrador. Para colmo, cuando por fin lo tuvo nuevamente en sus manos, resultó ser tan grande que hasta me bailaba en el pulgar.

- Me lo imagino, siempre tan torpe. Al menos tendrán una linda anécdota para contarle a sus hijos.

- Claro, Mir, al que está en camino - dijo aprovechando el pie.

- ¿ Es una broma? - pregunté desorientada.

- No, no, ninguna broma. Vas a ser tía y madrina y todo lo que quieras ser.

- ¡Me vas a matar de un infarto! ¿Cómo hago para abrazarte a miles de kilómetros, Clara?

- No te preocupes, me los das todos juntos cuando vengas - respondió.

- ¿Cuándo? ¿Cuándo tengo que ir? - pregunté.

- Me caso el tres del mes que viene, antes de que se me empiece a notar la panza. Así que andá comprándote el vestido. Quiero que seas la más linda de la fiesta y que te luzcas con tu novio nuevo ante la mirada de Octavio.

- Me había olvidado de ese detalle. Gracias por recordarlo - dije con el tono de voz opacado.

- Olvidate, que si este Javier es tan increíble como me contaste en el mail, Octavio pasa a la historia.



La frase de Clara me hizo recordar que Octavio estaba ahí, pendiente. Era un punto suspensivo, un párrafo sin terminar.
Tal vez el casamiento de Clara era la oportunidad perfecta, que me regalaba la vida, para poner fin a las idas y vueltas con él y para recuperar las pruebas que me hacían falta para enfrentar a Manuel.

De algún modo, el destino se ocupaba de encaminar aquello que yo dilataba para que pudiera liberarme de aquello que de a ratos me asfixiaba.

5 comentarios:

yo, mamuchi dijo...

Mir aprovecha tu vuelta a Baires para disfrutar con los que verdaderamente queres, Estas pasadno por un lindo momento. disfrutalo!!!!!

Anónimo dijo...

Me encantan las buenas noticias! Me muero por saber la reacción de Octavio! Saludos Mir.

Luna Nueva dijo...

ahhhh, q triste es querer a brazar a las amigas entrañables y q esten lejos, màsa cuando estan acompañadas de angelitos, :-(

Virginia Prieto dijo...

que bueno que tu aiga se casa
a vos te moviliza todo esto, no?

licha dijo...

en este sencillo acto t hago entrega del premio: "me puse las piletas"

jajaja...
q no decaiga!!!
besos!!!!