lunes, 27 de abril de 2009

El después


Me quedé sentada unos instantes, con la mirada fija en el mar que se acercaba a la orilla para luego retroceder, igual que lo había hecho Manuel en mi vida.

Así como las olas, Manuel me había sorprendido tiempo atrás con su amor, me había envuelto con su espuma y sus promesas de eternidad, y hoy se alejaba dejando las huellas sobre una arena que no se sentía capaz de ser arena sin el mar.

Sabía que era lo indicado, aunque doliera.
También sabía, que de tanto desgaste provocado en los últimos años, no había demasiado por decir.
El silencio que había merodeado la habitación minutos antes era el claro ejemplo de una relación agonizante sin posibilidad de recuperación.
El problema radicaba en las palabras de Manuel, que a la distancia, sonaban tan complicadas como lo era él. Su certeza en mi regreso me descolocaba, al mismo tiempo que me llenaba de impotencia.

Mientras mi mensaje había sido claro, el de él no lo era.
¿Suponía que yo regresaría a buscarlo? ¿Pensaría que no estaba realmente dispuesta a proyectar mi futuro con Octavio? ¿ O no le importaría compartirme?

Cualquiera de las opciones entre las que se debatía mi mente, me dejaban perpleja ante la forma de minimizar el asunto que tenía Manuel.


Me quedé un rato más contemplando la costa y el andar de la gente por la vereda que daba al mar, hasta que me incorporé de un sólo movimiento.

Octavio.
¿Dónde estaría? ¿Qué pensaría?
Era raro que no hubiera vuelto ni me hubiera llamado a la habitación.

Bajé, descalza como estaba, con remera y short, a buscarlo por el lobby del hotel, pero no estaba.
Pregunté en la conserjería, y me entregaron una nota que decía:


"Amor, salí a caminar.Necesitaba pensar si merezco pasar por todo esto.No es porque no te ame, eso no está en juego, es sólo que me sentí burlado y como si sobrara en esa habitación.No sé qué estarás hablando con Manuel ahora, pero creo que tampoco me interesa saberlo.Sólo necesito definir mi vida, nuestra vida, y cuanto antes.Esto ya sobrepasó mi nivel de tolerancia.
Vuelvo más tarde, o te llamo, no sé...
Entendeme.
Oti."


La releí una vez más, prestando atención a las palabras escritas en trazo apresurado y tinta azul.

Octavio se estaba cansando y tenía razón.Yo no había cumplido mi promesa de dejar a Manuel en su momento, y la situación de un rato atrás lo había dejado al margen, sin voz ni voto.

Había sido mi error y lo asumía.Había jugado con Octavio sin quererlo, arrastrándolo en mi afán de venganza que nunca había podido lograr y que ya carecía de sentido.

De pronto, estaba al borde de quedarme con las manos vacías, cuando no había sido la culpable de originar el caos.


Mi cabeza fantaseaba con el peor de los escenarios: Manuel viviendo su amorío con Laura, disfrutando de sus hijas, siguiendo con su vida, y yo sola.

Subí a la habitación, cerré ventanas y cortinas, para luego apagar la luz y recostarme en la cama.

Sin ganas de nada, en la oscuridad y el silencio del cuarto,sólo trataba de imaginarme como sería el después.

9 comentarios:

Lolítica dijo...

Esto me pone tensa...

Anónimo dijo...

Me gusta la forma de ser de Octavio...es el único que parece tener las cosas claras, saber lo que quiere y además posee algo esencial: AMOR PROPIO...
Si no nos queremos y respetamos a nosotros mismos, imposible que alguien nos quiera bien ni nos respete...

Beso

CUCHARITA dijo...

yo hubiera corrido detras de Octavio...

Lu dijo...

"...cuando no había sido la culpable de originar el caos...".

Miranda... ¿De verdad creés que no fuiste la que originó el caos? Es decir... Si hubieras terminado todo en el momento en que te enteraste que Manuel te engañaba, y hubieses seguido con tu vida, como lo hacen tantas mujeres que pasan por una infidelidad, esto hubiera sido igual?

Yo creo que esa frase que copié ahí, no le hace justicia a las cosas tal como fueron. Yo creo que sí, que vos originaste ésto... Porque decidiste formar parte de una mentira, al continuar con ese plan de venganza que todavía no lo gro entender.

Sigo esperando entender el porqué de tu decisión, cuando te enteraste del engaño de Manuel, de someterte a estas cosas, de continuar al lado de él, y no haber decidido simplemente hacer un punto y aparte en tu vida y empezar de nuevo.

No lo entiendo... Sigo esperando entonces.

Un abrazo!

Carolina Trinidad dijo...

Todo el mundo tiene un límite y para mi gusto, el pobre Octavio bastante ya soportó.
Decime... ¿estás segura que a este caos no lo generaste vos?
Un beso

Anónimo dijo...

Espero que no haya sido demasiado tarde, y Octavio no se haya ido para siempre...

Selma dijo...

Que dilema el quedarse sola es muy dificil y muy triste. Besotes y te sigo...

Flaquita dijo...

Despues de tanto lío, quedarse sola?
Mmmmmmm

Anónimo dijo...

VES? ASI SON LAS COSAS... EL QUE CREIAS QUE TE HACIA BIEN, EN LA PRIMERA DE CAMBIO SE BORRA. MANUEL, TU MARIDO, TU ESPOSO, ES QUIEN TE AMA Y TE ESTA ESPERANDO. SOS INTELIGENTE, NO TENES MUCHO QUE PENSAR.