domingo, 30 de noviembre de 2008

Olor a peligro



A esa altura de la noche y con litros de alcohol corriéndome por la sangre, no pude armar ninguna respuesta inteligente, y si abrí la boca fue sólo para beber otro trago del vaso que tenía en mi mano. A mi segundo intento, Octavio me frenó:

- Dije que venía a cambiarte la noche, eso incluye impedir que sigas tomando.Creo que ya por hoy tomaste suficiente.

- ¿Me estás controlando? - pregunté con palabras que resbalaban por efecto del alcohol

- No te controlo, sólo intento cuidarte si nadie lo hace - respondió sonriendo

- Ya tengo quien me cuide - le contesté mientras esgrimía mi anillo de casada frente a su nariz.

- Ya sé que estás casada, me lo dijo El Tano - contestó mirándome tan fijo a los ojos que me hacía sentir más mareada de lo que en realidad estaba.

- Llevame a mi casa, me estoy sintiendo mal - alcancé a decirle antes de apoyarme en su hombro con la intención de caminar.


Mientras nos acercábamos a la puerta de salida, recuerdo vagamente haber visto al Tano apoyado contra la pared hablando con alguien que no sé si era hombre o mujer.

Octavio me subió al auto y me pidió que le dijera adónde íbamos.Le hice señas de que bajara el volumen de la música porque me molestaba, y él, gentilmente, la apagó.Yo no hablaba, tan sólo intentaba respirar para evitar vomitar en su asiento y en ese intento desesperado por llevar una bocanada de aire a mis pulmones, su perfume se colaba y sin que me diera cuenta se convertía en un recuerdo para más adelante.

Manejó veinte minutos en un silencio que sólo interrumpía para preguntarme si me sentía mejor. Yo negaba con la cabeza, y él me miraba de reojo, como para verificar que fuera cierto.

Veinte minutos más tarde, frenaba en la puerta de mi casa, y yo, sin saludarlo siquiera, me bajaba del auto.Se ofreció a acompañarme hasta la puerta, pero alcancé a balbucearle:

- Gracias, puedo sola.

Recién cuando cerré la puerta del ascensor escuché el motor del auto que arrancaba.

12 comentarios:

AliaS dijo...

debo decirle algo lady, Ud se te está poniendo interesante sabe?
hay efectos y secuelas generacionales pareciera Miranda en todo esto que contás. pequeños deja vú que se retransmiten de unos a otros. o más bien cosas que nos avisan que estamos vivos, imperfectamente vivos.

un placer conocerte

besos de domingo

Miranda dijo...

Alias Dada: A cualquiera le puede pasar lo que me pasa a mí y no se si está bueno que suceda, pero sí está claro que nadie debería decir: a mi nunca podría pasarme lo mismo. Yo creía que tampoco me pasaría y me pasaron todas juntas.
Un beso, después paso a visitarte sabés?

Blonda dijo...

Uh, esta historia me está gustando , pero por como vas anticipando me parece que para vos no fue divertido sino que te trajo complicaciones.
Te seguiré leyendo.
Besos

Anónimo dijo...

Me enganche
ja

lo lograste...escribis muy bien. Elegis muy bien las fotos.

seguiré pasando.

PD:Gracias por las palabras a mi blog


saludos!

David Cotos dijo...

mantienes el suspenso. te voy añadir a los blogs que leo. saludos.

El Tano dijo...

Hola, has sido agregada a mis blogs habituales. Y no... no soy el tano de tu historia.

Minerva dijo...

Ahá... esto se pone interesante. Quiero más, te sigo leyendo.

AZUL dijo...

Domingo,algo triste,leo casi todos los blogs y te descubro.
Que bien escribis, me encanta y dese hoy te sigo.
besos y Habra cambios en tu vida ahora???

Miranda dijo...

Blonda: Así es...demasiadas complicaciones.Un beso.


Luis: Muchas gracias.Vos escribís de maravillas.Besos.



David C: Muchas gracias! Un beso.

Miranda dijo...

El Tano: Qué honor, muchas gracias.
Qué suerte que no sos El Tano de mi historia,porque sabrías el final. Besos



Minerva: Interesante de leer, pero no de vivir.Exceso de adrenalina...ya no me cabe en el cuerpo.Besos.




Azul: Demasiados cambios..ya verás.Besotes!

oscar dijo...

Me declaro enganchado a tu historia como muchos otros...

Sera acaso que el alcohol despierta en nosotros esas ganas de buscar en otro lado eso que pensamos que nos falta? Sentirnos vivos quizas?

Conoci a mi Octavia una noche de copas...

Miranda dijo...

Oscar: Todavía maldigo haber ido a esa fiesta...
Nos leemos, un beso.